Como en los años más aciagos de violencia, fue el presbítero Oscar Orlando Jiménez quien este 23 de septiembre impartió a la comunidad granadina un sabio mensaje sobre el deber que tenemos como sociedad de avanzar hacia el perdón y la reconciliación para llegar a ese sueño común de vivir en paz.
Lo hizo en la eucaristía de conmemoración del día del perdón, un ejercicio que se institucionalizó en el municipio tras el acto simbólico que se tuvo en el año 2017 con representantes de las FARC-EP, y una vez más el padre Oscar invitó a instituciones y comunidad a cambiar por amor todos esos sentimientos negativos de odio y rencor.
“Tenemos que ir creando esa cultura del amor, en contra de esa cultura de odio que nos destruye, nos agobia y nos quita la paz y la tranquilidad”, dijo el párroco de Granada para la época más fuerte del conflicto.
Posteriormente en el foro “Perdón y reconciliación”, victimas, firmantes de paz y organizaciones tuvieron la posibilidad den debatir sobre los hechos violentos ocurridos, pero también de hallar puntos de encuentro que nos invitan a unir nuestras manos y trabajar juntos para avanzar hacia la reconciliación.
“Me parece super importante que se pueda buscar a todos los desaparecidos porque todas las familias tenemos una incertidumbre de saber dónde se encuentra la persona”, expresó Beiba Vergara, quien busca a su esposo desaparecido.
Por el lado de los firmantes de paz, Marcos Urbano manifestó “nosotros queremos comprometernos con la búsqueda de desaparecidos, por lograr que el estado empiece a mirar a estos municipios con más importancia, a hacer obras, trabajar con las comunidades”.
“De lo que estamos convencidos es de que la única forma de quitarle el oxígeno a la guerra, es llevándole un mensaje a los muchachos de qué fue lo que nos pasó y la posibilidad de que ellos en el momento de elegir qué van a hacer con sus vidas tengan en cuenta que lo que no podemos repetir es la vía de la guerra”, dijo Alejo, otro excombatiente.
Al final, un mensaje contundente para Antioquia y Colombia: “Granada es territorio de paz”, y ni siquiera el haber sufrido los más grandes efectos del conflicto armado, que hoy todavía deja marcas, minimiza el sueño y la ilusión de alcanzar la paz.
“Tenemos que seguir sumándonos para que los jóvenes asuman este legado y esta bandera del perdón aquí en Granada. Granada se va a convertir en una fuente de inspiración para no solo Colombia sino para muchos otros países en el mundo”, resaltó al final el sacerdote Leonel Narváez de las escuelas de perdón y reconciliación.