Por: Climaco Giraldo. 

“La cultura de la cancelación ha puesto sobre la mesa grandes debates sobre temas actuales como el racismo y el manejo de la fuerza por parte de las autoridades públicas” (Cabrera y Jiménez, 2021. Párr 23). Así mismo las diferentes ideologías políticas y religiosas han estado vinculadas en la mayoría de discusiones.

En el caso de tik tok, podemos abordar la cultura de la cancelación desde la investigación realizada en el 2022 por Stalker G y Herrera M llamada “El derecho de autor y la libertad de expresión en los nuevos entornos digitales. El caso de Tik Tok”; hay que entender que tik tok es un programa que permite la expresión de manera fácil, rápida, creativa y entretenida. Allí encontramos todo tipo de contenido, informativo, entretenido y divertido, educativo, publicitario, y en general se tiene una amplia oferta para todo tipo de gustos. Pues a diferencia de otras plataformas, para Tik Tok cada usuario es considerado un creador de contenido con el potencial de volverse viral, es así como los consumidores de dicha aplicación, comparten videos de sus hobbies, o de sus quehaceres diarios.

Tik Tok es una plataforma de videos en línea propiedad de la empresa china ByteDance. La aplicación de 15 segundos desarrollada por el unicornio chino se ha vuelto una de las más descargadas del mundo en el 2021. Durante el año pasado, Tik Tok alcanzó un total de 656 millones de descargas en todo el mundo (Apptopia 2022, ©Statista, 2022.) 

Debido a su alta demanda, tik tok no es ajeno a la cultura de la cancelación, el diseño de la aplicación facilita la expresión de ideas y opiniones. Esta plataforma digital, ha propiciado la creación de movimientos sociales y agrupaciones. Por ejemplo, por medio de tik tok se realizan invitaciones a participar de diferentes marchas o programaciones activistas. Aunque dichas actividades sean válidas, en cierto punto pueden estar cancelando lo que es opuesto a los ideales que defienden, o reclaman. 

La cultura de la cancelación más directamente se ve con los usuarios, o también llamados Tiktokers, que, al expresar su opinión respecto a cualquier tema, persona, o institución, logran impactar de una manera increíble, pues, como ya se mencionó antes, cualquier usuario puede volverse viral, y más probable aún, al expresar su punto de vista respecto a una situación sensible. 

El contexto actual, y los fenómenos que han acontecido en el mundo, han propiciado que toda persona pueda creerse en capacidad de realizar algún juicio, y en el mayor de los casos, sin el conocimiento necesario. Esto nos lleva a una de las formas de cancelación más comunes y atrayentes para el público; los chistes o los famosos memes que se hacen evidentes a través de exageraciones, ironías, sarcasmos, sátiras, entre muchas otras formas. Pero, será que las personas que nos hacen reír, y aprobar o desaprobar algo, ¿están lo suficientemente preparadas para inducir una posición de manera objetiva? El hecho es que con Tik Tok en combinación con la Generación Z, pareciera que esta realidad de la cancelación se potencia. En parte porque se trata de una generación marcada por la desconfianza en las instituciones, la xenofobia, recesión y conflictos políticos.

Es de tener en cuenta, que es normal estar en desacuerdo con alguna opinión o forma de actuar que sea contraria a lo que cada individuo considera como “bueno”, e incluso en algunas situaciones específicas, es necesario poner límites a temas absurdos o sin sentido. Pero no hay razón para desmeritar, silenciar o discriminar a las demás personas; es necesario siempre reconocer la dignidad y por ende el respeto que se merece todo individuo.