Por Yesica Giraldo.
¡Me prestaron la bitácora de papá! La lleve a la casa, mamá la cogió y leyendo cada una de sus páginas se le salían las lágrimas, le dije maaa no llore, pero por dentro quería hacer los mismo que ella. Puso la bitácora en el tocador, la cogí y me la lleve para la pieza, comienzo a leer cada una de las cartas y me sorprendo con mi evolución de escribirle a papá, al terminar de leerlas me acosté y me acorde cuando papá dormía conmigo y mamá.