Miércoles, 24 2024 Abril

A pocos días de cumplirse 23 años sin tu presencia, quiero contarte que además de tu partida, durante estos largos años hemos sufrido muchas cosas más. 

Desde hace varias décadas Marisol Giraldo Salazar encontró la manera de sacar a sus hijos adelante por medio de la venta de empanadas, obleas, tortas de chócolo, entre otros comestibles.  En ella se ve reflejada la humildad, y con una voz tímida menciona que desde antes de la violencia sacaba sus fritos a vender a la calle, luego se desplazó a la ciudad de Buenaventura y allí también ejercía esta labor.

La búsqueda que durante 18 años emprendieron María Pureza Idárraga y su esposo Carlos Adán García para dar con su hijo desaparecido, finalmente encontró su propósito el pasado 21 de septiembre, luego de que, en un acto simbólico en el corregimiento de Santa Ana, la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas, le entregara los restos de Jairo César.

El auditorio Mariano Ospina Pérez, de la Terminal del Norte de Medellín, estaba preparado con cerca de ciento cincuenta sillas para escuchar la verdad. Las primeras ocho sillas, al fondo y a la derecha, estaban acomodadas de frente al público y eran donde se sentarían los militares que reconocerían su responsabilidad por asesinar inocentes. En la primera fila del público, mirando hacia el estrado, había catorce asientos que tenían unas hojas tamaño carta pegadas en la parte delantera del espaldar, las cuales llevaban impresos los nombres de las personas que nunca las ocuparían: las víctimas identificadas de los “falsos positivos” que enterraron en el cementerio Las Mercedes del municipio de Dabeiba.

Escuchar a las víctimas y conocer el trabajo de memoria y reconstrucción del tejido social que desarrollan junto a algunas organizaciones, fue el propósito de la visita que este 13 de mayo realizó a Granada la directora del Centro Nacional de Memoria Histórica, María Gaitán Valencia.

Este libro del periodista Hugo de Jesús Tamayo Gómez, hecho de voces, recoge las historias detrás de esas fotos (las del Salón del nunca más): la guerra dolorosa entre hermanos en la que perdieron la vida tantos hombres y mujeres del Oriente de Antioquia. Y lo hace de un modo ejemplar, respetando el dolor de las víctimas, siendo fiel a la verdad y preservando la fuerza y la belleza del lenguaje hablado por los campesinos de nuestras montañas.

Representantes de las instituciones granadinas, organizaciones no gubernamentales y familiares de personas desaparecidas participaron de una asamblea en la que se firmó el pacto por la búsqueda y la reconciliación.

En las que la Gobernación de Antioquia denomina “Jornadas la alegría de servir”, que se desarrollan en los municipios del departamento, y que llegó a Granada el jueves 20 de octubre con la presencia del gobernador y de varios miembros de su equipo de gobierno, entre las noticias positivas estuvo el anuncio de 1.510 millones de pesos para la intervención de la casa de la cultura y el Salón del Nunca Más.

Como en los años más aciagos de violencia, fue el presbítero Oscar Orlando Jiménez quien este 23 de septiembre impartió a la comunidad granadina un sabio mensaje sobre el deber que tenemos como sociedad de avanzar hacia el perdón y la reconciliación para llegar a ese sueño común de vivir en paz.

En medio de una asamblea extraordinaria de víctimas liderada por Asovida, se conmemoraron los 13 años de existencia del Salón del Nunca Más, un espacio que ha servido para la construcción de memoria, el reconocimiento de las víctimas y el restablecimiento de sus derechos, además de aportar a la construcción de la paz, la reconciliación y la no repetición.

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