Mirar atrás como una oportunidad de ver nuevamente el avance y el camino recorrido, las caídas, los obstáculos, las lágrimas derramadas, y verlas como el impulso que nos permitió alzar el vuelo y resurgir como el ave fénix, aplica al pie de la letra en la vida de Sebastián Narváez. Hace 12 años, cuando resurgía de las cenizas y empezaba a recoger los frutos de años de lucha, se prometió que volvería a las calles, pero esta vez a llevar luz y brindar mejores oportunidades.