En la memoria de Ferney Giraldo y los granadinos aún perdura el recuerdo de ese 3 de noviembre que se pintó de gris, y desde aquel día siempre al mirar al cielo se escapa un suspiro e implora una bendición desde lo alto.
“Laboro en el despacho desde noviembre del año 2000, prácticamente, ocho días después de que sucedió la masacre de los paramilitares, ¿por qué llegue aquí? Resulta que en ese tiempo mataron al sacristán y también a mi padre”.
Luego de la partida de su padre a ese lugar en el que se guarda la ilusión tener un reencuentro feliz, como hijo mayor sentía la responsabilidad de buscar un empleo que ayudara con el sustento del hogar y para fortuna “una religiosa franciscana, viendo la necesidad que yo tenía en el momento por la muerte de mi papá, me animó a que hablara con monseñor Laureano Toro, que era el párroco del momento, para que me diera el trabajo de sacristán. Hablé con él y prácticamente a los ocho días llegué a laborar a la iglesia como el sacristán”.
Por alrededor de 6 años, la alarma de Ferney sonó antes de las cinco de la mañana, indicando que debía dirigirse a abrir los templos, tocar las campanas invitando para el rosario, hacer las lecturas en la eucaristía por si no resultaba ningún lector y en ocasiones hacer las veces de acolito, entre otras funciones que desempeñó.
Los micrófonos de Granada Stereo también hicieron parte de su recorrido, en donde laboró por tres años, tiempo del que recuerda los especiales de fin de año, en los que junto con sus compañeros llevó alegría a los oyentes.
Es común escuchar decir en los mayores que quien realiza bien su trabajo deja una puerta abierta, y quizás esta sea la razón para que monseñor José David Henao considerara a Miro al necesitar un secretario o secretaria para el despacho parroquial, “ya que la que laboraba, se estaba retirando y yo era él que reemplazaba las vacaciones de ella. Entonces estando en la emisora en un programa con él, me ofreció que me viniera trabajar acá y llegue en octubre de 2008”.
Elaborar partidas de matrimonio y de confirmación son sólo una de las labores que Miro realiza como secretario del despacho parroquial. Ferney, siendo el sacristán le ayudaba a don Fernando Piedrahíta a hacer las decoraciones en los templos, “llegó el día que él no pudo seguir trabajando en la iglesia y, viendo la necesidad de que alguien se encargara de esta labor, tome la iniciativa de seguir encabezando todo el tema de decoración”.
Con metro en mano calcula cada dimensión y dialoga con sus compañeros de trabajo hasta estar seguro que hablan el mismo lenguaje. Durante la Semana Santa, acompañan a la Virgen María en los dolores que sintió por su hijo Jesucristo. Saben que llegan a los templos al despuntar los primeros rayos del sol y que deben hacer la labor de coteros, carpinteros, magos a la hora de cambiar de escenario para cada altar, pero la hora de regreso a casa es incierta, y en este corre-corre, de hacer magia y descrestar a cada asistente a las celebraciones, Ferney ya lleva 15 años.
Es habitual que en cada parroquia haya dos secretarios por la cantidad de documentos que solicita la comunidad “y muchos me dicen: que pinchado, la secretaria del secretario, y no es eso. Es una trabajadora más de la parroquia, que viene a darle la mano a la parroquia, en este caso Deicy que está conmigo, la que me ayuda en los trabajos del despacho cuando yo debo ir al templo a desarrollar alguna decoración”. Ay señor! que dolor, pobre secretario… Creo que le falte poco para enloquecer.
Deben de ser los 21 años que lleva ya haciendo parte de la parroquia los que hacen que “uno fuera como otro sacerdote más, atendiendo a la comunidad. No faltan las personas que se le quejen a uno, hasta tratan de comentarle esas cositas que deben comentárselas al sacerdote, casi que confesándose con uno y yo cómo así por Dios.”
En cada decoración se puede apreciar la dedicación y planeación que con varios meses de antelación realiza y algunos mencionan que esta destreza la heredo de su madre, y bien dicen que lo que se hereda no se hurta. “Ella es muy organizadita, mi mamá va a hacer una decoración en navidad y la hace muy bonita, puede que ahí empezó la chispa, la chispita que uno no sabía que la tenía y de la mano de don Fernando y el Padre Pedro Nel Quinchía, que también le gustaba este tema, se despertó”.
Lo más gratificante de su labor como secretario “es ver que llega la gente a preguntar que se necesita para esto o aquello, y que les dé uno la respuesta que debe ser y salgan contentos y felices, sabiendo que se les atendió bien y se les buscó y encontró y entregó lo que querían”.
Miro, menciona que la mejor recompensa en lo decorativo “es ver que la gente llegó y empezó a tomarle sus fotos a las decoraciones, escucha uno cuando va a destapar el monumento que dicen wow o el uuufffff, cosas así. Los gestos que hace la gente cuando les impresiona algo, eso es muy gratificante, saber que lo que se hizo sí gusto”.
Es común que los padres dejen a un lado sus aspiraciones y prioricen el bienestar de sus descendientes “yo tengo tres hijos, y lógicamente, uno sueña con verlos crecer, graduaditos, que estudien su universidad, que sean profesionales y fuera de eso, a uno le agrada mucho escuchar de ellos que bueno papá venir a hacer aquí lo que usted hace, ayudarle a hacer las decoraciones. Eso es muy gratificante escucharlo de los hijos de uno, que quieran seguir lo que está haciendo uno, lógicamente uno espera que sigan lo mejor de uno y uno quiere prácticamente que los hijos cojan su buen camino, sea lo que sea que hagan, que lo hagan bien, lo hagan de la mejor manera”.