Domingo, 05 2024 May

Luego de la reapertura de los templos a mediados del mes de agosto, una de las mayores peticiones de los fieles del municipio era la visita de la parroquia a las veredas y finalmente este momento se ha llegado.

Una actividad tan normal como lo era visitar los templos o asistir a la eucaristía con total libertad, sin separar un turno, sin ningún tipo de restricciones ni protocolos más que la intención de entablar comunicación con Dios, se ha convertido en tiempos de pandemia en un verdadero sacrificio.

“Yo siento mucha felicidad porque para mí la eucaristía es el oro de más valor y el señor es el que siempre nos ayuda, nos sostiene. Para mí era muy duro pasar por el atrio y encontrar el templo cerrado”. Estas fueron las palabras con las que, entre lágrimas, doña Carmen Hernández, quien asistía a la eucaristía de 10: 00a.m, se refirió a la reapertura de los templos después de cinco meses.

Por: Maria Londoño

Cuando le pregunto qué lo inspiró a ser sacerdote, pareciera que le hubiese contado un chiste, suelta una carcajada que, con seguridad se escuchó en las habitaciones de los demás presbíteros. Después de un instante y con una mirada de asombro responde “todavía no he podido creer que yo sea sacerdote, habiendo gente con tanta capacidad, de tantas posibilidades y que yo sea sacerdote, yo me pongo a mirarme y no creo”.

Indiscutiblemente una de las fechas de más concurrencia de paisanos a Granada es durante la Semana Mayor, especialmente los días jueves, viernes y sábado santo. Para el 2020 todo fue diferente, un virus que amenaza a toda la humanidad, impidió la celebración con presencia de feligreses, este año todo fue a puerta cerrada por recomendaciones de salubridad.

Desde mediados del mes de enero, el presbítero Gabriel Jaime Orozco García viene apoyando la labor pastoral de la Parroquia Santa Bárbara en Granada.