Publicado enColumnistas
Por unas monedas
El sábado 16 de septiembre ─día de amor y amistad─, salí de la vereda para caminar un rato por el pueblo y, estando por La Variante, desde una mesa de El punto ideal ─mi cantina preferida─, me gritó Yordani, un viejo amigo: “¡Venga hijuepta tómese uno!” Me acerqué al bar, este me presentó a Luisa, su compañera, y a una amiga ─Valentina─ que, por su acento, me imaginé que era de Venezuela ─como luego me lo confirmó─. Esta última, a su vez, estaba acompañada por Carlos, un vecino de mi vereda. “Tómese lo que quiera”, me inquirió Yordani después de deslizar una silla para pedirme que me sentara.