Por: Maria Londoño.
Es común pensar que a todas las personas que estudian algo relacionado con la belleza les ha apasionado desde muy niñas, “es muy curioso porque no”, sonríe y continúa, “hace siete años empecé a estudiarlo porque no estaba haciendo nada y me fue apasionando”. Menciona que en su aprendizaje el proceso de las uñas no es algo que la emocione y, por el contrario, el maquillaje la enamoró y cada día se perfecciona más para dejar a sus clientas regias.
Con un gesto cálido, un trato amable, es preciso describir a Jenifer, quien se ha consolidado en su emprendimiento en el centro de belleza Orber, como una de las estilistas más buscadas a la hora de realizar un maquillaje, corte y motilado, depilación, peinados para niña, todo lo relacionado con la belleza para la mujer.
En pleno siglo XXI, en el que es muy importante mostrar una buena imagen, hay quienes todavía les temen a los excesos, “hay mujeres que le tienen miedo a maquillarse, dicen, es que me voy a sentir muy extraña, es que me van a cambiar totalmente la cara o algo así, entonces cuando termino de maquillarlas y se miran y dicen wow, me gusta cómo me veo, sigo siendo yo, pero mucho más bonita, me gusta este tema de resaltarla y que ellas se vean empoderadas”.
Soñar en grande hace parte de la proyección de esta joven estilista y ya ha dado sus primeros pasos “lo estoy visualizando como no solamente el servicio de peluquería, me gustaría que se fuera formando como una especie de academia, o sea poder enseñar. Me encantaría decir en unos años que si se puede lograr”.
El pueblito de plazas, le roba suspiros “me encanta, terminé totalmente enamorada de Granada por los niños, por la libertad que ellos pueden tener acá, la gente es amable y muy acogedora”.