La razón: la prohibición del gobierno nacional de abrir bares y cantinas debido a la emergencia por el covid 19, que ha obligado a cerrar definitivamente este icónico espacio, pues el costo de los arriendos sumado a la falta de ingresos que generaba la actividad comercial no da para que este lugar en el que muchos paisanos de sentaban a departir, tomarse unas cervezas o unos aguardientes continúe abierto.
Cuenta Petaca que el sonoro nombre de La Revancha nace debido a que en el municipio eran muy tradicionales los juegos de azar y “había un negocio que se llamaba el desquite y en el juego se utilizaba el ir por la revancha a la hora de volver a jugar”.
“Siempre ha sido billares. Tristeza me da a mi ver el negocio así”, dice Héctor, y continúa “nostalgia me da de no poder ir a jugar un chico de billar allá con la gallada, encontrarse con ellos. Jugábamos billar, campeonatos y hacíamos sancocho”.
Las partidas de billar o de cartas, las charlas entre amigos e incluso las discusiones entre personas ya pasadas de tragos son solo historia y al ingresar a lo que por tantos años fue La Revancha, solo se escucha el eco de la voz, si es que se habla, pues cuando se está en el lugar, la nostalgia que produce ver todo vacío, solo alcanza para rememorar las anécdotas allí vividas.
Al ingreso a la antigua Revancha se construyó una rampa y las paredes empiezan a cambiar de colores y de actividad comercial, ahora para convertirse en la sede de la cooperativa de transportadores de Granada -CooptransGranada-.
De la misma forma que en municipios como Rionegro y Marinilla, allí estarán parqueados los motocarros y desde el mismo lugar, se despachará cada uno de los servicios solicitados por la comunidad.