Por: Jeison A. Giraldo – Mazamorro.
Buscar el número 16 en la cancha y seguirlo casi como con una lupa es mi trabajo. Yo estoy nervioso y tengo que gritar duro pa que todo el mundo en el estadio me escuche. ¡Vamos Sebas! Ese grito es una terapia para sacar todo ese nerviosismo que tengo.
Pero no solo le grito a él, al árbitro lo jodo diciendo: tiene que tarjetear a todos los del otro equipo, que saque amarillas como si no hubiera un mañana. Soy insoportable, lo tengo que reconocer, y además es una forma bonita de justificar lo aburridor que soy.
A pesar de todo eso, Sebastián es un orgullo para mí. Yo lo he educado, obvio sé que los profesores que ha tenido durante este proceso también lo han hecho, pero yo le reitero constantemente que, si me quiere ver feliz, debe mantener una actitud bonita en la cancha y ayer, después de mucho tiempo sin verlo jugar, logró impactarme.
Primero porque de los 4 goles que anotó el equipo en las eliminatorias de los intercolegiados, 3 fueron de él, y segundo porque durante todo el partido que tuve la oportunidad de verlo jugar, se comportó como un caballero y respondió siempre, aunque yo sabía que venía reventado porque ya había jugado un partido en las horas de la mañana. ¡Pobrecito!
Hoy aprovecho estas líneas para felicitarlo públicamente y para decirle que yo soy el fan número de él, y que espero celebrar los triunfos y acompañarlo en los fracasos. Eres entre otras cosas, mi campeón.
También aprovecho para felicitar al arquero John Alexis y a Jerónimo López que son dos pelaos que ojalá algún día el fútbol profesional les dé una oportunidad.