“Yiyo” es muy hablador, se acuesta a dormir y sueña que está hablando con los amigos y habla, no para de hablar. Cuando lo conocí creí hablaba mucho porque había estado en prisión y que tenía mucho que contar, pero no. El hombre habla, habla y habla.
Torres, él que va adelante, es más serio. Habla poco y hace solamente correcciones de lo que habla “Yiyo”, le corrige fechas o escenas que han pasado juntos a lo largo de su vida en la banda.
Humberto “Peluza” es el trompetero mayor y su voz es inconfundible, uno lo escucha hablando normal y dice: Claro, este es el que le grita a Pilatos, “Reo de muerte, reo de muerte” y así, termino de presentarles a los tres mosqueteros, los de la banda de Roma que salen el jueves y Viernes Santo.
Por Jeison A. Giraldo – Mazamorro.
Lo que es Torres y Humberto, solamente se ven esos dos días en Granada. Y entraron a la Banda de Roma, un día, cuando Alonsito, fue al colegio a convocar muchachos “preferiblemente que ya supieran tocar instrumentos” entonces ellos dos alzaron lo más alto que pudieron las manos porque incluso, venían con las ganas de tocar en la Semana Santa desde hacía mucho tiempo. Ya habían estado en la Banda Mixta y eso les daba poder para hacer parte de la convocatoria que había hecho Alonsito.
Todo el anterior párrafo es un resumen a una historia contada por Yiyo, quien también es uno de los más antiguos de la banda, y aunque la escuela de la vida, lo apartó varios años de esta que es su pasión, desde la prisión nunca dejó de estar pendiente de lo que pasaba en Granada los días Santos.
La masacre paramilitar, la destrucción del pueblo, los contrastantes enfrentamientos de los grupos armados con la fuerza pública hicieron debilitar y casi que desaparecer la Banda conocida como Los Judíos, algunos no volvieron por miedo, y los instrumentos que les prestaban lastimosamente estaban muy desajustados.
“La banda estaba en cuidados intensivos,” dijo Yiyo. Y todavía sin pasar el dolor de la guerra que sacudió a Granada, los integrantes se dieron a la tarea de sacar pecho y hacer actividades para no dejarla caer.
Entonces ellos mismos, casi que en tiempo récord, lograron vender unas boletas de la rifa de un Nazareno para poder abonar a la deuda en la que se habían metido días antes. Pues, al mejor estilo paisa, decidieron comprar instrumentos y nuevos uniformes. Es entonces cuando la banda genera un impacto importante en la comunidad.
Todo ese impacto bonito que habían generado en la comunidad, costaba. Sudor, sacrificio, necesidad, pasión, ganas, innovación, creatividad y obviamente: dinero.
Entre 2002 y 2003 la banda Romana o conocida como “La de los judíos” no solo cambió de uniforme, sino que también envió cartas a integrantes que ya no estaban y que querían volver a ver nuevamente. Fue así cuando los pocos que habían, comenzaron a mandar cartas a personajes como Uber Pérez, Jaleo y otras personalidades que habían tenido una primera etapa.
Es ahí cuando todo toma un rumbo mucho más serio y entonces la banda comienza a tener una junta, personería jurídica. Y no quiere decir que en el milenio pasado no hubiera una seriedad, sino que la actualidad, hace que la Banda Romana, tenga todas esas cosas importantes, al igual que cualquier institución.
No en vano, El Concejo Municipal, le entregó La Medalla al Mérito Cívico Padre Clemente Giraldo, una condecoración que no se esperaba nadie y que se la han sabido ganar por todo el esfuerzo que han hecho todos sus integrantes para que la Semana Santa en Granada hoy sea reconocida como una de las mejores de Antioquia.
Ellos no reciben un peso por la presentación que hacen en Semana Santa, lo hacen con mucha pasión. Se entregan completamente a la Banda y no son egoístas, al contrario, reconocen que debe haber un semillero que vaya tomando ese sentido de pertenencia para que nunca falte la tan esperada “Banda de los Judíos” cada año.
Por eso no niegan la entrada a cualquier persona, eso sí, teniendo en cuenta que no se pueden llenar de mucha gente y que se debe tener criterio a la hora de aceptar nuevos integrantes.
Hoy desde el espacio de esta pequeña columna de opinión quiero enviar un saludo de felicitaciones a los muchachos de la Banda Romana y los invito para que no dejen de tener ese sentido de pertenencia.