La alegría tanto de gobernantes como de los pobladores de esta zona se evidenciaba en cada gesto y palabra, ya que además de saldarse por fin una deuda histórica con dos comunidades que en el pasado fueron altamente afectadas por la violencia, con esta obra se aportará a mejorar la calidad de vida de cada una de las familias campesinas.
Y es que desde el año 1941, fecha en la que se inició el proceso de construcción de la vía que conecta las dos localidades, hasta hoy, tuvieron que pasar 82 años exactamente para verla totalmente pavimentada, un hecho en el que sin duda es necesario resaltar la participación y liderazgo de varias generaciones de granadinos y sancarlitanos, sumados a la voluntad y aporte de recursos de varios gobiernos nacionales, departamentales y locales que hicieron realidad esta pavimentación.
Desde hoy, este corredor que tiempo atrás se convirtió en escenario de guerra y ruta de grupos armados al margen de la ley, será la puerta de entrada del desarrollo no solo de estas dos localidades sino también de la región del oriente antioqueño ya que complementa el circuito vial de los embalses.
Ahora, este hito de desarrollo representará también un sinnúmero de retos para las futuras administraciones municipales, que deberán impulsar y proyectar temas como el turismo, la movilidad, el desarrollo del campo, entre otros que completen el avance que significa esta obra.