Las novenas en el sector de La Bomba

Por: Emerson Vergara, locutor Granada Stereo.

Muchas cosas han cambiado con el paso del tiempo, las navidades se viven de manera diferente, los aguinaldos ya no son lo mismo y esas reuniones en cuadras y sectores se han perdido con el correr de los años.

Algo que aun disfrutan grandes y chicos de una manera diferente son las famosas novenas, pues en nuestro municipio se van retomando. Y es que las navidades comunitarias en veredas y sectores se están convirtiendo en ese espacio de villancicos, dulces, risas, compartir y obvio sin faltar la eucaristía y el rezo de la novena.

Los jóvenes de hoy en día no entenderían lo que vivíamos hace muchos años, la adrenalina de estar corriendo en el sector y vivir 10 o 15 novenas en un solo día, tal vez es por eso que las personas de nuestra generación nos la sabemos casi de memoria incluyendo gozos y oraciones; eso sí, las consideraciones no se las aprendía nadie.

El sector de la bomba, hoy conocido como Cristo Rey, donde gracias a Dios viví toda mi vida, diciembre era una cosa de locos, pues era un sector muy unido y nunca faltaban los dulces en cada novena. Cada día durante nueve días a las 7 pm, temprano para que nos alcanzara la noche para asistir a todas las novenas, nos la pasábamos comiendo confites ni que 31 de octubre. Ir a la casa de oración era muy rico, pues a veces Barbarita, que en paz descanse, o Blanquita, que aún vive, nos ofrecían algo llamado piropos, si así como leen, que eran unas bolitas de masa con un poco de bocadillo en el centro, y calientes eran de lo mejor, y que en otra época, ellas como buenas cristianas los vendían para las misiones.

De ahí, arrancábamos para la casa de don Jaime y de doña Socorro, los famosos Maquecos, una novena muy particular pues era una casa donde en vez de novenas, muchas veces se escuchaban los gritos de don Jaime regañando a Cristian o Yakeline que dejaran la bulla, mientras que el de la bulla era él, decía doña Socorro. Todos hablaban muy duro y como eran tantos más los que asistíamos, imagínense la plaza de mercado que se armaba allá en ese segundo piso, pero eso si eran gente muy querida por los del sector.

Don Luis García y doña Graciela eran los siguientes que nos recibían, eran los que administraban la bomba de gasolina, hoy Terpel, muy amables y generosos, siempre sus dulces eran de los mejores, igual que donde doña Magnolia y doña Fanny, los Tornillos, que siempre se destacaban con sus pesebres, pues don Hugo, el esposo de doña Fanny, era muy dedicado realizándolo.

Perseguir globos con espejos en las manos, andando por mangas y potreros, es algo que ya no se ve, pero que también hacía parte de un diciembre en la bomba. Gurres, Maquecos, Tornillos, Bomberos y Sotos hacíamos mero comando cogiendo globos.

No sé cuántos de ustedes habrán vivido lo que yo viví en mi infancia, pero eso sí, fue de las mejores navidades que un niño puede disfrutar.

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