Por: Jeison A. Giraldo.
A nosotros nos toca hacer de tripas corazón, mostrar la cara amable, pero la vida para nosotros no deja de ser un largo trayecto en bus, en el cual uno viene a acomodarse en la silla solo al final del viaje.
A nosotros también nos toca guerrear la vida con múltiples desengaños, traiciones de personas que alguna vez quisimos, tristezas, derrotas y fracasos.
Una vez estaba en La Junín, se me acercó alguien y me dijo “Maza, usted es el hombre que más rico vive en el mundo” y sin estar preparado para la respuesta, lo primero que se me vino a la mente fue esta bonita frase improvisada. Si señor, los ricos envidian la vida mía.
Desde ese día adopté ese dicho como un slogan, una rutina que tengo que seguir y así mi vida sea algo muy bonito partido en mil pedazos, sé que los ricos, hay veces, envidian la vida mía.
Hoy cuando la vida me acerca a los 31 años, no dejo de agradecer todo lo que me pasa, y lo único que pido es seguir creciendo en sabiduría y en amigos buenos que acompañen este trasegar.