Su carisma, amor por el prójimo y capacidad para liderar, fueron cualidades que, de inmediato, puso al servicio de la comunidad desde su llegada a Granada en el mes de mayo de 2010.
En la retina y el corazón de la comunidad granadina quedarán obras como el embellecimiento continuo de los templos y el cementerio, la dinamización del altar y feria a San Isidro, además de su vinculación de lleno con la campaña “Todos Unidos por Granada” con la que se recolectó una importante cantidad de recursos para mejorar la capacidad financiera del municipio y que se cumpliera con la Ley 617.
La última eucaristía del padre José Darío como párroco y pastor de Granada la celebró el 3 de enero de 2015.